domingo, 16 de agosto de 2020

942 y Happy Otter, las dos APA de referencia de Dougall's


Hoy es uno de esos días en los que reparamos un imperdonable error, el de no haber hablado nunca de una de las mejores cerveceras artesanas de España, que además resulta ser la más antigua en activo. Tal honor corresponde a Dougall's, la cervecera cántabra por excelencia, fundada por Andrew Thomas Dougall en la localidad de Liérganes allá por 2006. Andrew es británico de nacimiento, lo que hace que la cultura cervecera corra por sus venas, y cántabro de adopción, tras enamorarse de esta magnífica tierra a finales de los años 90. Llegó allí por trabajo (se dedicaba al negocio editorial, aunque también había trabajado en una fábrica de cerveza) y quedó cautivado, así que decidió establecerse, pero en un momento dado llegó a la conclusión de que había algo de su tierra natal que echaba de menos, algo que en España estaba falto de calidad y variedad: la cerveza. Por este motivo, en 2003 comenzó a elaborar su propia cerveza, e incluso a distribuirla en formato cask bajó la marca Dougall's. Unos años después, esta aventura se convirtió en una auténtica cervecera artesana, algo prácticamente inaudito en España en aquellos tiempos, pues hasta entonces sólo existía en este país la Barcelona Brewing Company del también británico Steve Huxley. Pasado un tiempo, Andrew empezó a contar con la ayuda esporádica del cántabro Quique Cacicedo, que terminó por engancharse a la elaboración de cerveza, dejar su trabajo y convertirse en socio de Andrew. Juntos han conseguido, poco a poco, que Dougall's se popularizase primero a nivel regional y se convirtiese después en todo un referente a nivel nacional. Sus cervezas, siempre guiadas por la tradición británica (aunque más recientemente influenciadas también por los estilos americanos) e inspiradas por las tierras cántabras en las que son creadas, han cosechado numerosos éxitos y se han hecho tan populares que actualmente está proyectada una ampliación de la fábrica de Dougall's para ser capaces de satisfacer la creciente demanda. De las múltiples referencias que han creado a lo largo de su historia, hoy nos ocupan dos American Pale Ale. Por un lado está uno de sus clásicos, la 942, nombrada así por el prefijo telefónico de Cantabria, y por otro lado está Happy Otter, algo más reciente pero también muy popular, nombrada en honor de la variedad de malta de cebada Maris Otter con la que se elabora. 

942


La apariencia de la 942 se caracteriza por un color oro viejo y una finísima turbidez. Su espuma es de color blanco hueso y forma una capa de grosor medio que no resulta muy duradera. Presenta un aroma bastante intenso, dominado al principio por notas de fruta tropical, si bien con el tiempo evoluciona hacia notas más cítricas, siempre con la compañía de toques herbáceos y resinosos. En boca es una cerveza de cuerpo entre ligero y medio, con un sabor en el que domina un amargor moderado, matizado por un suave contraste dulce. Al contrario de lo que sucedía en la fase olfativa, en el paladar destacan en un principio notas de pomelo, que con el tiempo ceden su protagonismo al mango y otras suaves notas de frutas tropicales. 

Aquí tenemos una excelente elección para cualquiera que busque una buena APA. Sin invadir el terreno de las IPA ni pasarse de intensidad, es una cerveza aromática y con una correcta dosis de amargor. Os la recomendamos para acompañar aperitivos, pizzas y pastas de salsa bien especiada.

Estilo: American Pale Ale
ABV: 4,2 %
Amargor: 49 IBU
Cereales: Trigo y maltas de cebada Maris Otter y Caragold
Lúpulos: Cascade y Simcoe

Happy Otter


En este caso tenemos una cerveza ligeramente turbia, de color entre oro viejo y ámbar claro. Su espuma, de color blanco hueso, es moderadamente abundante y resulta poco duradera. En nariz encontramos un aroma bastante intenso, caracterizado por buenas dosis de resina y cítricos, principalmente naranja, acompañadas de toques especiados y de bizcocho. En boca es una cerveza de cuerpo medio en la que se combinan notas amargas y ducles, con ventaja para las primeras. En el paladar percibimos una mezcla de notas maltosas de galleta y bizcocho con toques cítricos y herbáceos.

Sin duda una buena APA, una contundente y con su balanza algo inclinada hacia el lado de la malta. Será un buen acompañamiento para casi cualquier tipo de carne blanca.

Estilo: American Pale Ale
ABV: 5,5 %
Amargor: 58 IBU
Cereales: Malta de cebada Maris Otter
Lúpulos: Simcoe, Citra, Cascade, Mosaic y Nugget