lunes, 25 de abril de 2016

Bernabé, cerveza de la tierra del vino


Si nos mencionan La Rioja, todos pensamos inmediatamente en vino, incluso los que somos más de cerveza, es un hecho. Pero resulta que en La Rioja no sólo se hace vino, también se hace cerveza artesana, y bastante buena por cierto. Nuestro primer contacto con una cerveza de estas tierras es el resultado de un regalo muy especial recibido las pasadas Navidades. El susodicho incluía, entre otras cosas, a Bernabé, una de las cervezas de Mateo & Bernabé, cervecera empeñada en que La Rioja no sea sólo tierra de vinos, sino también de nuestras queridas espumosas. Su nombre no se debe al de sus creadores, sino a dos santos de gran importancia en su tierra: San Mateo marca la fiesta de la vendimia en La Rioja, mientras que San Bernabé es el patrón de Logroño. Con estas referencias tan sagradas, su eslogan no podía ser otro que "Bendita cerveza". Como decíamos, la cerveza que hoy nos ocupa es Bernabé, en cuya etiqueta destacan dos cosas: el número 11 y la figura de un pez. Su significado se explica en la contraetiqueta, y es que los peces del Ebro salvaron de la muerte por inanición a los habitantes de Logroño durante el asedio del ejército francés en 1521, asedio del cual se libraron por fin el 11 de junio, día de San Bernabé.

La cerveza dedicada a este santo es una Blonde Ale de color oro viejo más bien claro, algo turbia. De carbonatación baja, su espuma es muy escasa, jabonosa, de burbuja gruesa. Presenta un aroma peculiar pero agradable, con notas herbáceas, manzana verde, uva blanca y un toque de levadura. En boca percibimos un cuerpo entre ligero y medio, y un sabor suave, equilibrado. La entrada en boca está marcada sobre todo por la acidez, mientras que el final del trago es ligeramente amargo, con un toque dulce. Distinguimos bizcocho, hierbas, cítricos y uva blanca.

Volviendo a los peces, creemos que Bernabé será un gran acompañamiento para pescados blancos cocinados de cualquier forma, pero sobre todo al horno.

Estilo: Blonde Ale
ABV: 6,0%
Amargor: 25 IBU

domingo, 17 de abril de 2016

La Socarrada, la cerveza que quiso ser la mejor del mundo


Hoy vamos a probar una cerveza de la que seguro que habréis oído hablar en alguna ocasión: La Socarrada. Esta cerveza, elaborada por Premium Beers From Spain SL, adquirió una gran fama en 2012 al hacerse con un Superior Taste Award (Premio al Sabor Superior) otorgado por el ITQI (International Taste & Quality Institute - Instituto Internacional del Sabor y la Calidad) de Bruselas. Los productores de La Socarrada, tras obtener este premio, no dudaron en decir que su cerveza había obtenido la "Estrella de Oro a la Mejor Cerveza del Mundo". Esta afirmación, envuelta en una potente campaña de marketing que contó con el apoyo de algunos medios de comunicación, le confirió a esta cerveza la popularidad que ya hemos mencionado. Creemos que resulta apropiado aclarar algunos puntos al respecto: 1) el ITQI es una institución, suponemos que con ánimo de lucro, que abiertamente ofrece sus premios como una forma de reforzar la imagen pública y la estrategia de mercado de productos alimenticios, si bien es cierto que los catadores que valoran los productos participantes son profesionales de prestigio internacional; 2) obviamente, en cada certamen sólo se valoran los productos que se han presentado por iniciativa propia, los cuales no tienen porqué encontrase entre los mejores de su categoría; 3) La Socarrada obtuvo este galardón únicamente en el certamen de 2012 (en la categoría 2.1.2.2.1 Cerveza tipo Ale) y pronto se verá obligada a dejar de utilizar el logo del premio, dado que la licencia para hacerlo se concede únicamente por un periodo de 3 años; 4) en los Superior Taste Awards se conceden tres tipos de premios (de Notable a Excepcional, de 1 a 3 estrellas), y el obtenido por La Socarrada es el más bajo de ellos, 1 estrella, lo que implica una puntuación de entre el 70% y el 80%. Es decir, si bien este galardón acredita que un jurado compuesto por prestigiosos catadores le ha otorgado una buena puntuación, no significa, ni mucho menos, que sea "la mejor cerveza del mundo". Otra curiosidad respecto a la estrategia de marketing de esta cerveza es que en su página web, justo después de indicar que se elabora con romero y miel de romero, nos dicen que "se elabora sin ningún aditivo (siguiendo la ley de pureza alemana de 1516)". Un poco contradictorio si tenemos en cuenta que la Reinheitsgebot de 1516 indicaba de forma explicita que los únicos ingredientes que se podían emplear en la producción de cerveza eran agua, cebada y lúpulo (la levadura aun no se conocía). Sólo una cosa más, La Socarrada se autoproclama "Winter Honey Ale" (Ale invernal de miel), un estilo del que parece ser la única representante. Crear tu propio estilo no tiene nada de malo, pero el nombre es más bien poco acertado ya que es cierto que tiene miel, pero de invernal tiene más bien poquito a pesar de estar fuertemente especiada. Bueno, y ahora que ya hemos comentado ampliamente su estrategia de marketing, vamos a hablar de la cerveza. Su nombre es un homenaje a la localidad valenciana de Xàtiva, donde es elaborada, y es que el gentilicio informal de sus vecinos es "els socarrats", que en valenciano significa "los quemados". En cuanto a su estilo, aparte de Winter Honey Ale, se puede considerar que la base es algo similar a una Blonde Ale, y debido a la utilización de romero y miel de romero la podemos incluir en las categorías especiales Spiced Beer y Alternative Sugar Beer.

Se trata de una cerveza de color ámbar oscuro que si es servida con cuidado sólo presentará una ligera turbidez. Es bastante carbónica, por lo que su espuma de color blanco hueso es abundante aunque no especialmente duradera. Casi sin acercar la nariz al vaso empezamos a descubrir su característico aroma, dominado claramente por el romero y otras notas herbáceas, acompañadas de un toque cítrico que recuerda a limón y piel de naranja. Resulta un aroma muy fresco, tanto que puede recordar a mentolado o jengibre. En boca nos ofrece de nuevo una sensación muy refrescante y también bastante astringente, con un cuerpo ligero y un sabor predominantemente ácido, aunque con un suave toque dulce y algo de amargor. En el paladar, igual que en la nariz, mandan el romero y la hierba fresca, acompañados ahora de un suave toque de miel. 

Resumiendo, La Socarrada es una cerveza muy peculiar y ciertamente correcta y agradable. Es decir, efectivamente no está mal, pero de ahí a ser la mejor cerveza del mundo le queda un larguísimo camino, aunque ya sabéis que para gustos hay colores. Por desgracia, los consumidores somos a veces muy fáciles de manipular y su astuta e intensa estrategia publicitaria le han proporcionado una popularidad que supera con creces a la de otras cervezas que la merecerían mucho más, aunque esta es sólo una humilde opinión. En lo que a maridaje se refiere es bastante polivalente, aunque las carnes rojas a la plancha parecen especialmente apropiadas para acompañarla.

Estilo: Blonde Ale - Spiced Beer - Alternative Sugar Beer
ABV: 6,0%
Amargor: 14 IBU
Ingredientes adicionales: Romero y miel de romero

sábado, 9 de abril de 2016

C. & A. Veltins Grevensteiner, de mayor quiere ser una Kellerbier


Seguro que muchos conocéis la marca alemana Veltins, probablemente gracias a la Veltins Pilsener, su producto estrella y la responsable de que sea la séptima cervecera por volumen de ventas en Alemania. Veltins también es (tristemente) conocida por su serie V+, productos que consisten en mezclar cerveza con otras cosas, cosas que en su mayoría nunca deberían ser mezcladas con cerveza. Pero el producto del que vamos a hablar hoy es bastante diferente a estos, en un intento de reconciliación con la tradición cervecera alemana. Sólo con ver la botella se puede deducir que la Grevensteiner quiere alejarse de la imagen actual de la marca (hasta le han hecho su propia web, cosa que no tienen el resto de cervezas Veltins), y probablemente acercarse a nuevos tipos de consumidores. En la web de Veltins, de hecho, describen la Grevensteiner como un regreso a los orígenes de la marca, y su nombre hace referencia a la ciudad en la que se encuentra la sede de la empresa desde su fundación en 1824: Meschede-Grevenstein. La cerveza en sí es, o dice ser, una Kellerbier, un estilo originario de la región alemana de Franconia, de tipo Lager. Su característica fundamental es un largo proceso de lagering a baja temperatura y, sobre todo, el hecho de ser servida directamente del recipiente en el que ha sido envejecida, y es que originalmente se trataba de una cerveza pensada para ser disfrutada in situ por los vecinos y visitantes de la cervecera. Por este motivo, el término Kellerbier tiene más que ver con una forma de servir la cerveza que con un estilo de elaboración particular. Así, una Kellerbier propiamente dicha, servida "directamente de la bodega", tendrá una frescura y un sabor característicos. Sin embargo, una vez es embotellada y pasa algo de tiempo, pierde su frescura y con ella su razón de ser. De este modo, el uso del término Kellerbier (o en ocasiones Zwickelbier) en cervezas como la Grevensteiner responde a poco más que una estrategia de marketing, un desesperado intento por parecer un producto tradicional.

En cualquier caso, la Grevensteiner es una cerveza con un color que recuerda a miel clara, con reflejos ámbar y bastante turbia. Al servirla forma una buena cantidad de espuma de color blanco hueso a beige, de la cual sólo una fina capa permanece al cabo de poco tiempo. Su aroma es similar al de una Pilsner, sólo que menos intenso, con notas de hierba y polen, además de un toque de levadura. En boca es ligera y suave, más bien dulce, sólo con un ligero amargor. Se distinguen notas suaves de levadura y nuez moscada, con un toque de plátano y algo de hierba.

En resumen, se trata de una cerveza más bien floja, no muy sabrosa, sin demasiado carácter. A pesar de ser suave, no es especialmente recomendable como cerveza de sesión, y quizá la mejor circunstancia para tomarla sea acompañando una barbacoa.

Estilo: Amber Kellerbier
ABV: 5,2%

domingo, 3 de abril de 2016

Schlappeseppel Specialität, la Märzen que nunca elaboró un soldado cojo


La cerveza que probamos hoy puede ser considerada un clásico alemán, aunque su historia no se remonte tantos siglos atrás como sus creadores pretenden hacernos creer. Pertenece a la marca Schlappeseppel, una de las elaboradas por la cervecera Eder & Heylands en el municipio de Großostheim, en el distrito bávaro de Aschaffenburg. Según cuenta la leyenda (y su web, y las etiquetas de sus cervezas), el origen de Schlappeseppel se remonta a 1631, en plena Guerra de los Treinta Años. Fue entonces cuando el rey Gustav Adolf de Suecia tomó la ciudad de Aschaffenburg (hecho histórico real, hasta aquí todo bien) y, durante los preparativos para su recibimiento en la ciudad, los soldados se dieron cuenta de que no quedaba cerveza con la que obsequiarle, ya que ésta escaseaba debido a las adversidades de la guerra. La solución a este problema fue Josef Lögler, un soldado con conocimientos sobre la elaboración de cerveza, quien se puso manos a la obra y consiguió preparar suficiente cantidad de una deliciosa cerveza para ofrecer al victorioso rey. Debido a su cojera, Josef era apodado "Schlappeseppel", que significa algo así como "débil" o "derrotado". Éste sería el origen de la cerveza Schlappeseppel, en cuyo logotipo aparece inmortalizado el pobre Josef Lögler. Sin embargo, según historiadores alemanes, el tal Josef nunca existió y la toma de la ciudad es lo único cierto de toda la historia, mientras que el verdadero origen de la marca se situaría en 1803. En cualquier caso, se trata de una bonita historia y lo importante son las buenas cervezas de Schlappeseppel. La que hoy nos ocupa es una Märzen: Specialität, nombre sustituido en algunos mercados por "Special".

Se trata de una cerveza de un brillante color ámbar claro, transparente pues está filtrada. Es bastante carbónica por lo que resulta necesario servirla con cuidado, así obtenemos una gruesa y persistente capa de espuma, cremosa y de color blanco hueso. Su aroma es suave pero penetrante, maltoso con un toque de levadura, en él podemos apreciar sobre todo notas como pan y bizcocho, pero también un sutil toque floral. En boca descubrimos un tacto cremoso, un cuerpo mucho más denso del que su apariencia hace prever. El sabor es principalmente dulce, sólo con cierto amargor al final del trago, poco más que testimonial. El paladar se encuentra con un suave gusto a cereal, bizcocho y vainilla.

En resumen, una cerveza suave, maltosa, bastante dulce aunque no llega a empalagar. Sin ser una obra maestra, totalmente recomendable para los amantes de las Lagers alemanas. La mejor opción de maridaje serán unas buenas salchichas, aunque otras carnes a la parrilla también pueden servir para cumplir tal cometido.

Estilo: Märzen
ABV: 5,6%