sábado, 9 de abril de 2016

C. & A. Veltins Grevensteiner, de mayor quiere ser una Kellerbier


Seguro que muchos conocéis la marca alemana Veltins, probablemente gracias a la Veltins Pilsener, su producto estrella y la responsable de que sea la séptima cervecera por volumen de ventas en Alemania. Veltins también es (tristemente) conocida por su serie V+, productos que consisten en mezclar cerveza con otras cosas, cosas que en su mayoría nunca deberían ser mezcladas con cerveza. Pero el producto del que vamos a hablar hoy es bastante diferente a estos, en un intento de reconciliación con la tradición cervecera alemana. Sólo con ver la botella se puede deducir que la Grevensteiner quiere alejarse de la imagen actual de la marca (hasta le han hecho su propia web, cosa que no tienen el resto de cervezas Veltins), y probablemente acercarse a nuevos tipos de consumidores. En la web de Veltins, de hecho, describen la Grevensteiner como un regreso a los orígenes de la marca, y su nombre hace referencia a la ciudad en la que se encuentra la sede de la empresa desde su fundación en 1824: Meschede-Grevenstein. La cerveza en sí es, o dice ser, una Kellerbier, un estilo originario de la región alemana de Franconia, de tipo Lager. Su característica fundamental es un largo proceso de lagering a baja temperatura y, sobre todo, el hecho de ser servida directamente del recipiente en el que ha sido envejecida, y es que originalmente se trataba de una cerveza pensada para ser disfrutada in situ por los vecinos y visitantes de la cervecera. Por este motivo, el término Kellerbier tiene más que ver con una forma de servir la cerveza que con un estilo de elaboración particular. Así, una Kellerbier propiamente dicha, servida "directamente de la bodega", tendrá una frescura y un sabor característicos. Sin embargo, una vez es embotellada y pasa algo de tiempo, pierde su frescura y con ella su razón de ser. De este modo, el uso del término Kellerbier (o en ocasiones Zwickelbier) en cervezas como la Grevensteiner responde a poco más que una estrategia de marketing, un desesperado intento por parecer un producto tradicional.

En cualquier caso, la Grevensteiner es una cerveza con un color que recuerda a miel clara, con reflejos ámbar y bastante turbia. Al servirla forma una buena cantidad de espuma de color blanco hueso a beige, de la cual sólo una fina capa permanece al cabo de poco tiempo. Su aroma es similar al de una Pilsner, sólo que menos intenso, con notas de hierba y polen, además de un toque de levadura. En boca es ligera y suave, más bien dulce, sólo con un ligero amargor. Se distinguen notas suaves de levadura y nuez moscada, con un toque de plátano y algo de hierba.

En resumen, se trata de una cerveza más bien floja, no muy sabrosa, sin demasiado carácter. A pesar de ser suave, no es especialmente recomendable como cerveza de sesión, y quizá la mejor circunstancia para tomarla sea acompañando una barbacoa.

Estilo: Amber Kellerbier
ABV: 5,2%

No hay comentarios:

Publicar un comentario